Cuando el Dinero se Convierte una Forma de Control y Poder

Imagínate cuando eras niño/a y solías recibir mesadas de dinero de tus padres. Tal vez te daban uno o dos dólares por semana y tú los escondías para ahorrarlos y así poder comprar algo grande, o corrías febrilmente a la tienda a gastártelo todo y luego te daba una rápida bajón subida de azúcar debido a tu compra de caramelos.

Imagínate ahora si estuvieras recibiendo una mesada de un adulto. Esta vez no la recibes de tus padres, sino de tu pareja. Esta mesada no viene con entusiasmo ni deleite, sino con sentimientos de encierro, frustración y tal vez resentimiento. Puede ser una cantidad suficiente para comprar las cosas necesarias, pero puede que no lo sea (y tu pareja siempre chequea los recibos).

El dinero puede ser un factor estresante en cualquier relación. Cuando las finanzas y las cuentas que hay que pagar así como las consideraciones sobre cómo ahorrar fondos para el futuro son compartidas, el dinero se puede convertir en una fuente de conflicto. En una relación saludable cada uno de los miembros de la pareja siente que su opinión es importante a la hora de tomar decisiones, incluso cuando se trata de dinero.

En una relación donde hay presente cualquiera de las formas de abuso (ya sea físico o emocional) no es extraño que un/a compañero/a abusivo/a abusivo/a extienda su poder y su control al área al aspecto económico. Esto se conoce como abuso financiero o económico y puede ser muy difícil poder reconocerlo. Puede ir desde algo tan supuestamente inocente como que la persona abusiva le diga a su pareja qué puede y qué no puede comprar, hasta algo tan serio como puede ser que la persona abusiva limite el acceso de su pareja a las cuentas de banco.

Este abuso puede darse de diferentes maneras, las que incluyen:

  • Da una remesa y observa cuidadosamente como lo gasta su pareja, o le pide los recibos de las compras.
  • Deposita el sueldo de su compañero/a en su cuenta de banco y le niega el acceso a la misma.
  • No permite que su pareja tenga acceso a las cuentas de banco, ni le permite ver el estado de las cuentas.
  • No permite a su pareja que trabaje, o le pone un límite a las horas que puede trabajar.
  • Usa hasta su máximo límite las tarjetas de crédito que están a nombre de su compañero/a, sin su permiso, para entonces no pagar las facturas de la cuenta de crédito, lo que puede echar a perder el historial de crédito de su pareja.
  • Le roba a su pareja o a los familiares y amistades de su pareja.
  • Usa los fondos de las cuentas de ahorro de los hijos sin pedirle permiso a su pareja.
  • Se rehusa a darle dinero, comida, ropa, gasolina o medicamentos a su pareja.
  • Vive en casa de su pareja pero se niega a trabajar o contribuir con los gastos del hogar.
  • Hace que su pareja le de su reembolso de impuestos o confisca los reembolsos de ingreso que vienen a nombre de ambos.

Cuando un/a compañero/a abusivo/a está en control de las finanzas, poder planear un futuro independiente de él puede hacerse difícil. Afortunadamente hay muchas organizaciones que ayudan a sobrevivientes de violencia doméstica y abuso financiero. Estos grupos ayudan a crear planes de ayuda para víctimas que están tratando de salir del abuso, con el objetivo de que estas puedan lograr estabilidad y autosuficiencia financiera una vez hayan dejado a la persona que les abusaba.

Nadie debe impedirte tener acceso al dinero que ganas. Si tu pareja se está comportando de cualquiera de las maneras arriba mencionadas, llámanos al 1-800-799-SAFE (7233). Nuestros/as intercesores/as pueden ayudarte a pensar maneras de ahorrar dinero y también pueden conectarte con programas disponibles en tu localidad.