Malos tratos en las comunidades AAPI
Los malos tratos en las comunidades asiático-americanas y de las islas del Pacífico (AAPI, por sus siglas en inglés) son muy frecuentes, especialmente entre las mujeres que sufren violencia de pareja. Según el Asian Pacific Institute on Gender-Based Violence, hasta el 55% de las mujeres asiáticas de Estados Unidos han sufrido algún tipo de violencia física o sexual a lo largo de su vida, mientras que el 18% de las mujeres AAPI sufrieron violación, violencia física o acoso por parte de su pareja. Además del aumento de las tasas de violencia doméstica, los obstáculos para recibir ayuda pueden ser las normas patriarcales heteronormativas y culturales, las barreras lingüísticas y la resistencia a aceptar las relaciones LGBTQ+ y los abusos que se producen en ellas.
Obstáculos para alcanzar la seguridad a los que se enfrentan las personas de ascendencia AAPI:
- Culpar a las víctimas.
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La culpabilización de la víctima por parte de la pareja que decide maltratar y de los familiares que la rodean puede hacer que la sobreviviente sienta que sus acciones son la causa de los malos tratos. Esta forma de maltrato emocional puede hacer que las sobrevivientes se queden calladas ante cualquier conflicto con sus parejas. Las sobrevivientes también se enfrentan a ser avergonzadas por desear abandonar la relación e incluso pueden ser rechazadas por familiares o amigos.
- Limitaciones financieras.
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Algunas sobrevivientes AAPI pueden tener empleos con salarios bajos y no ser capaces de mantenerse a sí mismas si tuvieran que abandonar la situación. La falta de recursos económicos, unida a un sistema familiar que no las apoya, puede hacer que las sobrevivientes dependan de su pareja que decide maltratarlas, que también puede ser el sostén de la familia.
- Barreras lingüísticas.
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Las barreras lingüísticas pueden ser un problema, ya que el inglés puede no ser la lengua materna de la sobreviviente. Esto puede crear problemas a la hora de buscar ayuda y puede limitar cómo y dónde la sobreviviente puede acceder al apoyo. Además de no poder acceder al apoyo, es posible que la sobreviviente no pueda depender de su familia y amigos para buscar ayuda debido a las normas culturales y los estigmas que rodean a la violencia doméstica. El dominio limitado del inglés también puede ser utilizado por la pareja que elige maltratar para degradar a la sobreviviente. Una pareja que elige maltratar podría utilizar frases como:
“¿Quién te va a contratar? Tu inglés es terrible”.
O “¿Quién más cuidará de alguien como tú que no habla el idioma?”.
Esta forma de maltrato emocional puede crear dudas y miedo a la sobreviviente a la hora de crear un plan de seguridad.
- Expectativas culturales/religiosas.
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Las expectativas culturales/religiosas son fuertes en muchas sociedades. En la cultura asiática, las estructuras patriarcales heteronormativas son habituales y se ven reforzadas por la familia y los amigos dentro de la comunidad. Según el Asian Pacific Institute on Gender-Based Violence, se puede esperar que muchas mujeres AAPI mantengan el maltrato en “secreto”. Al mismo tiempo, los miembros de la familia y los líderes de la comunidad pueden proteger la reputación de la pareja que decide maltratar si una sobreviviente decide hablar abiertamente de sus experiencias. La religión, en algunos casos, también puede hacer que la sobreviviente se quede, para que su comunidad y sus lugares de culto no la condenen al abandono.
Además de las barreras basadas en el género dentro de la cultura, las personas AAPI que se identifican como LGBTQ+ pueden enfrentarse a problemas adicionales debido a las culturas y/o religiones heteronormativas. Su orientación sexual puede no ser aceptada, lo que reduce las oportunidades de que se les crea y de recibir acceso a recursos y ayuda cuando la necesiten.
- Situación de inmigración.
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La situación de inmigración también puede generar miedo, ya que la sobreviviente puede estar indocumentada, lo que la obliga a permanecer oculta para evitar la deportación. Esta vulnerabilidad puede ser explotada por una pareja que opta por el maltrato, amenazando constantemente a la sobreviviente con denunciarla a inmigración si no hace lo que le ha pedido. Este miedo siempre presente puede causar a la sobreviviente una gran angustia emocional y disuadirla de buscar ayuda por la posible separación de sus hijos y otros familiares. Independientemente de su cultura, religión, sexualidad o situación migratoria, la violencia doméstica nunca está bien, y hay organizaciones como The Hotline que pueden ayudar a orientar a las sobrevivientes hacia los recursos que más necesitan. Con conexiones a recursos como Women’s Law (proporciona recomendaciones a servicios de abogados de inmigración y otra información legal), acceso a refugios y defensa en más de 200 idiomas, podemos orientarte cuando necesites ayuda.
Reconocemos los retos añadidos a los que pueden enfrentarse los miembros de la comunidad asiático-americanas y de las islas del Pacífico cuando se encuentran en una relación abusiva. Nuestros defensores están disponibles las 24 horas del día, los 7 días de la semana, por teléfono, chat y mensaje de texto, si tiene preguntas o desea hablar más sobre su situación específica. Nadie merece sufrir malos tratos y todo el mundo merece tener una relación sana y afectuosa.
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